miércoles, 5 de diciembre de 2012
Sábado, 1 de diciembre
Para mí un refugio es a donde acudes para huir de algo que te hace daño, aquello que, cuando los problemas llegan, porque inevitablemente siempre terminan haciéndolo, consigue hacerte inmune a su efecto.
La mayoría de veces son personas, otras canciones, películas o solo cosas sin vida que, inexplicablemente, te hacen sentir más fuerte, más seguro.
Pocas veces he encontrado un lugar que me trasmita algo así, esta es una de ellas.
Y dirás ¿Por qué éste y no cualquier otro sitio del mundo? Fácil, porque seduce todos y cada uno de los sentidos.
Los olores inundan el aire, huele a chocolate, a fruta, a pan caliente, formando una irresistible mezcla que empuja a la gula, al mejor de los pecados capitales, a todo aquel que se asoma. Porque allí se come sin poder evitarlo, secuestrando tentaciones de puestos escondidos para después echar raíces en un rincón al sol donde cerrar los ojos y escuchar a Jack Johnson y su guitarra susurrar “Banana pancakes”.
Follow my blog with Bloglovin
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario