viernes, 26 de abril de 2013
jueves, 25 de abril
... No podría asegurar qué siente más en ese momento, si el calor de sus manos sujetando la enorme taza de porcelana llena de café con sabor a canela o el frío de sus pies al andar descalza por el suelo de marmol.
Sale de la cocina y se asoma al salón donde, a parte de las mantas negras sobre los cojines aplastados de los sofás blancos, las plumas pequeñas esparcidas por la gran alfombra de pelo negro que cubre las baldosas y los jarrones llenos de rosas blancas, aún no hay nadie. Así que gira hacia el pasillo riéndose de lo absúrdamente parecido que es el mobiliario de esa casa a la personalidad de los dos montruos que la habitan, a los que no les gustó jamás el gris.
Una melodía de palmas y acordes se escapa por la puerta entreabierta de la habitación de la izquierda, lo que solo puede significar una cosa,a esas horas un ovillo de pelo negro y piel oscura sigue desperezandose entre las sábanas.
- Me dijiste que te despertara a las 9 pero me ha dado pena, son las 10.
Deja el café en su mesita de noche y se acerca hacia la ventana para subir la persiana y que entre la luz. Se tumba en el colchón de muelles gastados a esperar a que sea ella quien le de al botón del play por esta vez.
Aunque no ha aprendido a pedir ayuda, sabe a dónde tiene que acudir para sentirse a salvo.
Hicieron bien al huir juntas, si están condenadas a vivir en guerra permanente necesitaban una trinchera para esconderse.
- ¡Buenos días peque! ¿Qué plan tenemos hoy?
Ya está, otro buen principio, porque este año todos lo son ...
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